Cuando Katy Perry capturó el nuevo paisaje del pop con Teenage Dream en 2010, se convirtió en la mayor estrella del planeta sin discusión. El álbum generó una sucesión sin precedentes de números 1, un documental de Paramount Pictures, apariciones en SNL, giras mundiales de éxito arrollador, una marca de perfumes, zapatos y maquillaje, y una actuación en el Super Bowl en la que Perry se elevó sobre una estrella fugaz. Sin embargo, en su nueva entrevista con Zane Lowe, habla con franqueza de lo que ocurrió cuando todo se desvaneció. “Antes podía arreglar mis depresiones pensando ‘Voy a escribir una canción. ¿Vas a cortar conmigo? Aquí tienes un número 1. A ver si aprendes’. Pero eso dejó de funcionar y todo cambió. El mundo ya no me quería escuchar. Pasé semanas sin poder levantarme de la cama, con una depresión clínica que me avergonzaba. Estaba en plan soy Katy Perry y escribí ‘Firework’. Esto es una mierda”. Aquí, la estrella, a punto de casarse y embarazada de ocho meses, comparte el dolor, la perseverancia y el cuidado de sí misma que han dado forma a su sexto álbum, el triunfante Smile.