Schubert escribió esta Sonata para piano en si bemol (Piano Sonota No. 21 in B-flat major ) en 1828, cercano ya a la muerte, y durante muchos años languideció a la sombra de la colosal obra de Beethoven en el mismo género. Hoy, su grandeza es reconocida universalmente y los grandes pianistas de nuestro tiempo se acercan a ella con toda la reverencia que merece. Khatia Buniatishvili apuesta por un enfoque más suave que el habitual, y su dulzura supone un cambio refrescante respecto a las versiones más enérgicas. Su piano canta con la flexibilidad de la voz humana y nos ofrece un scherzo tan ágil en su desarrollo que se diría compuesto por Mendelssohn. Los 4 Impromptus suenan igualmente bellos y delicados.