Gustavo Dudamel pinta una visión especial de la mágica partitura de Tchaikovsky, de la que ofrece aquí una versión imaginativa y de gran clase, dibujando con brillantez el ballet completo y recreándose en sus maravillosos detalles, en la fabulosa variedad de colores y texturas que la partitura ofrece. Dudamel transmite el equívoco drama con un sentido casi operístico del teatro, dándole vida con elegante estilo. Se trata de la interpretación de un músico realmente maduro tras sus años como director titular en Los Ángeles. Bien grabado en la encantadora acústica del Walt Disney Concert Hall, este es un Cascanueces (Nutcracker) absolutamente recomendable.